Flexitarianismo: una forma de comer en alza

La palabra Flexitariano es un acrónimo de “flexible” y “vegetariano” se refiere a la reducción del consumo de productos de origen animal y prevalencia del consumo vegetal, de legumbres y frutas; hay un consumo de proteína animal pero en porciones mínimas y de forma ocasional; es una expresión que hace referencia más a la frecuencia de lo que se consume, es decir, son personas que siguen una dieta vegetariana pero que de vez en cuando se la saltan, y es un tipo de dieta en aumento por sus beneficios en nutrición, seguridad alimentaria, y de protección al medio ambiente.

A nivel mundial, el consumo de legumbres ha disminuido debido al cambio de los hábitos alimentarios. Sin embargo, hoy día, es crucial animar la producción y el consumo de legumbres por sus múltiples ventajas tanto a nivel nutricional como de impacto ambiental. Se sabe que las legumbres son una fuente importante de proteínas de origen vegetal, principalmente en países en desarrollo, donde el acceso a las proteínas de origen animal es muchas veces reducido. Dado que las legumbres tienen un índice glucémico bajo y un contenido en grasa reducido podrían ser un alimento importante en la lucha contra las principales causas de mortalidad a nivel mundial encabezadas por enfermedades no transmisibles como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

En 2003, la American Dialect Society votó “flexitarista” como la palabra más útil del año. Fue añadida en 2014 al Oxford English Dictionary, cuya definición plantea:

“Una persona que sigue una dieta “Una persona que sigue una dieta no de manera estricta”

A pesar de las demandas mundiales de carne, parece que ahora hay un número creciente de consumidores flexitarios que se abstienen de comer carne regularmente.

Otro término utilizado es el Semi-vegetariano, algunos autores definen las dietas semi-vegetarianas como aquellas que reducen significativamente la ingesta de carne en al menos 3 días por semana, otros, atribuyen la definición de reductores de carne a reducciones en todas las carnes excepto el pescado.

El flexitariano sabe que la carne es una fuente importante de proteínas, grasas y micronutrientes, pero también reflexiona sobre ciertos aspectos éticos, como la necesidad de evitar la intensificación, el sufrimiento animal y un desarrollo sostenible. A su vez, conoce que un alto consumo de carne roja aumenta el riesgo de mortalidad y enfermedades asociadas como ya he dicho antes cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos cáncer.

En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó la carne roja como probablemente cancerígena y la carne procesada cancerígena para los humanos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) nombró el año 2016 como el año de las legumbres, lo que condujo desde entonces a nivel industrial un especial incremento de los lanzamientos de productos con estos ingredientes. Aparecieron así productos a base de lentejas, garbanzos y habas tales como distintas marcas de pastas.

Si bien es cierto que cada persona tiene su criterio y no todas quieren ser vegetarianos, la opción “flexitariana”, admite introducir puntualmente, porque no, alimentos animales que también tienen sus propiedades y aumentar el consumo vegetal.

Top 5 de alimentos alternativos a la carne:

Lácteos

Nueces

Huevos

Granos

Lentejas


La industria alimentaria sigue abriendo caminos alternativos al consumo de productos de origen animal que no implique el sufrimiento de estos o un daño ambiental creciente.

En conclusión, se puede decir que los potenciales beneficios que acarrea esta dieta son el ingerir menos calorías, menos grasas totales y saturadas en particular, menos colesterol y sodio, menos azúcares refinados, mayor consumo de fibra, carbohidratos complejos, grasas insaturadas y antioxidantes. De allí que numerosos profesionales de la salud la sugieran como una dieta preventiva contra muchas enfermedades.


Bibliografía:

Derbyshire EJ (2017) Flexitarian Diets and Health: A Review of the Evidence-Based Literature. Front. Nutr. 3:55. doi: 10.3389/fnut.2016.00055

https://www.iarc.fr/wp-content/uploads/2018/07/pr240_E.pdf