Quien siembra sinceridad y verdad cosecha confianza: La SINCERIDAD como valor humano.

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La sinceridad se define como la cualidad de obrar y expresarse con verdad, sencillez y honestidad, sin falsedades ni segundas intenciones. La palabra SINCERIDAD, proviene del latín sincerus, un vocablo propio de la apicultura en su origen, formado a partir de sine cera ‘sin cera’, ‘que no contiene cera’ para referirse a la miel pura, sin mezcla y sin falsificación.

La sinceridad es un valor muy importante en las personas, se trata de la capacidad de no faltar a la verdad. Ser una persona sincera significa no mentir en ningún ámbito de la vida. Vivir la vida con este valor hace a las personas dignas de confianza y a que sean vistos como personas nobles.

Se trata de una virtud en la que la persona se comunica y actúa en concordancia con sus sentimientos, pensamientos, creencias y deseos, de una manera honesta y genuina. No tiene dobleces, ni intenciones ocultas, no busca intrigar ni perjudicar a nadie.

Sin embargo, la sinceridad es una virtud apreciada con ciertas aprehensiones, ya que ser completamente sincero y decir siempre la verdad también pudiera resultar molesto para ciertas personas.

Realmente no existe una sinceridad absoluta en las relaciones humanas. Hay ciertos equilibrios sociales que un uso muy estricto de la sinceridad pudiera trastornar.

Debido a que existen ciertas pautas de comportamiento social, no siempre podemos decir lo que pensamos, por más que lo deseemos. En cierto sentido, el “exceso” de sinceridad, o la sinceridad sin moderación puede resultar mal vista o ser hiriente, por lo que dejamos de decir lo que pensamos para ser amables con las personas.

Es en estos casos que se justifica el uso de las llamadas mentiras blancas o mentiras piadosas obedeciendo a la necesidad de evitar decir o hacer cosas que podrían afectar a otra persona de una manera indeseada. Es por ello que la sinceridad debe ser manejada con tacto y cautela.

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Empieza a reconocer tus pensamientos y sentimientos, esto puede ayudarte a convertirte en una persona más auténtica, que a su vez puede ayudarte a convertirte en una persona más sincera al lidiar con los demás. Os dejo 3 tips sobre como práctica la sinceridad:

1. Usa un lenguaje corporal sincero. El lenguaje corporal nos dice mucho, puede expresar bastante sobre la actitud y puede revelar con facilidad la sinceridad (o la falta de ella). Cuando interactúes con los demás, presta atención a tu postura, gestos y comportamiento.

– Establece un contacto visual con quien socializas, pero no lo mires fijamente. Mira hacia otro lado de vez en cuando y no te olvides de parpadear.

– Mantén una postura relajada, mantén tu cuerpo ligeramente suspendido. Puedes hacerlo inclinándote ligeramente hacia la persona con la que estés hablando o estirando el brazo hacia esa persona.

2. Escucha atentamente. Esta es una manera fácil de demostrarles sinceridad a los demás, escuchad atentamente. Cuando alguien te hable, presta mucha atención a lo que diga. De esta manera demostrarás a los demás que te interesa sinceramente lo que digan y que en realidad quieres saber más sobre lo que piensen y sientan.

Ponte de frente a la persona con la que hablas. Cuando tengas una reacción sincera a lo que otra persona diga, nuestros gestos faciales revelarán esa reacción. La elevación de las cejas, el agrandamiento de los ojos y la boca revelarán todos tus emociones. Estar frente a alguien le permitirá ver tus reacciones y les comunicará que lo estás escuchando y que te interesa lo que diga.

Formúla preguntas abiertas que inciten a dar detalles del tema que se habla. Por ejemplo, no sólo hagas preguntas dicotómicas como “¿Te gusta vivir aquí?”. Con este tipo de pregunta obtendrás un “Sí” o “No” como respuesta. En vez de eso, puedes preguntarle algo como “Wow, nunca he estado ahí antes. ¿Qué tal te parecía? ¿Qué recuerdos tienes de tu vida en ese lugar?”. Esto demuestrará tu interés y curiosidad.

Reflexiona acerca lo que ha dicho antes de dar una respuesta. A lo mejor esa persona esté pensando cómo expresar algo o simplemente deje una pausa en la conversación para conseguir un efecto dramático. Si te apresuras a decir cualquier cosa que pase por tu cabeza, no transmitirás un interés sincero en sus pensamientos y opiniones.

3. Comprende el punto de vista de los demás. Si te niegas a considerar las razones por las que otra persona piensa o se siente de determinada forma, no podrás entablar una conversación sincera con ella. Comprender el punto de vista de otra persona no necesariamente significa abandonar tu perspectiva. Más bien, debes comprender lo que motiva a los demás y qué experiencias de vida pueden haber forjado el punto de vista de otra persona. Una vez que puedas ver el mundo desde la perspectiva de otra persona, desarrollarás una comprensión más sincera de su forma de ser y de lo que la convirtió en lo que es.

Por ejemplo, en vez de criticar los gustos musicales de otra persona, comprende qué podría ser agradable en ese tipo de música. A lo mejor la letra significa algo para ella. Tal vez las líneas debajo de una canción de baile le permitan a alguien tímido salir de su cascarón y moverse en la pista de baile.

Antes de discutir con alguien de política, comprende por qué esa persona mantiene esos valores. Alguien que ha sido criado por inmigrantes que crecieron en la pobreza quizás tenga opiniones sólidas sobre la experiencia de los inmigrantes, lo cual podría afectar la ideología política de esa persona.

Ver el mundo desde la perspectiva de otra persona te ayuda a criticar menos a los demás y a tener más compasión.

Ser sincero implica ser fiel a lo que uno es.

Una persona que es sincera se está aceptando a sí misma como es, posee una buena autoestima y por eso no tiene problemas en mostrarse tal y como es.

Siempre se dijo que los niños, los locos y los ebrios siempre dicen la verdad. Esto se debe a que ellos no están sujetos a las mismas normas sociales que el resto, los niños porque no las conocen aún, y los otros dos sujetos porque por su estado o situación no pueden acatarlas.