Evaluación mamaria durante el embarazo y la lactancia: ¿es compatible la mamografía durante estos períodos?

Durante el embarazo y el período de lactancia suceden una seria de cambios mamarios producidos a su vez por los cambios hormonales. Las patologías mamarias ocurren prácticamente con la misma frecuencia durante estas etapas que fuera de ellas sin embargo, bien es cierto que existen ciertas patológias propias del embarazo y la lactancia, como el galactocele, el adenoma de la lactancia y diferentes cambios que pueden producirse en fibroadenomas los cuales deben ser bien conocidos en la práctica diaria de los médicos dedicados a esta área.

Las dudas empiezan el momento que el proceso de evaluación y diagnóstico debe ponerse en marcha y muchas madres no saben si dejar la lactancia en algún momento ya sea antes de realizar las pruebas o durante las mismas.

Como bien he dicho, las mamas durante la lactancia presentan cambios, su estructura es diferente a los pechos no lactantes, esto puede complicar la observación e identificación de estructuras anómalas. A pesar de ello cada vez hay más profesionales acostumbrados a observar e interpretar las ecografías y mamografías realizadas a madres lactantes.

¿Qué patologías aparecen durante el embarazo y la lactancia?

Entre las lesiones benignas que se encuentran con mayor frecuencia está el Galactocele, aparece durante la lactancia o hasta unos meses después de esta.  Se trata de nódulos quísticos que contienen leche con diferentes cantidades de proteínas, grasa y lactosa. Pueden o no ir acompañados de componente inflamatorio. Su aspecto radiológico es variado, dependiendo de la cantidad de grasa que contienen pudiendo verse en la ecografía como un quiste simple, un quiste complicado, o como un nódulo totalmente sólido o mixto. Rara vez pueden tener características de sospecha de malignidad y se hace necesario una biopsia.

La ya conocida por muchos Mastitis, es una patología que se presenta durante la lactancia, pero puede aparecer durante el embarazo, entre sus complicaciones está el absceso que ocurre entre un 5-10% de las mamas lactantes con mastitis. El germen causal más frecuente es el Staphylococcus aureus. El estudio ideal para su diagnóstico, tratamiento y seguimiento es la ecografía.

El Adenoma de la lactancia, es considerado por muchos autores como una variante de los fibroadenomas, adenoma tubular o hiperplasia lobular. Son lesiones benignas que están influidos por el aumento de los niveles de estrógenos durante el embarazo. En la ecografía se visualizan como tumores bien delimitados difíciles de diferenciar de los fibroadenomas, aunque a veces pueden presentar un aspecto sospechoso de malignidad debido a la presencia de zonas de infarto. Por lo general, tienen tendencia a regresar espontáneamente después del embarazo y la lactancia.

También ocurren cambios en los fibroadenomas ya diagnosticados antes del embarazo, los mismos pueden sufrir de zonas de infarto: con más frecuencia ocurre durante el tercer trimestre del embarazo de forma espontánea. Clínicamente se presenta con dolor en la zona y en la ecografía son nódulos heterogéneos, con áreas hipoecoicas, sombra acústica, así como un aumento de tamaño ya que son tumores hormonosensibles, pudiendo crecer considerablemente.

El embarazo y la lactancia no escapa de los tumores malignos, se considera que pertenece a este período el cáncer que aparece durante el embarazo, lactancia o el primer año postparto. Aproximadamente entre un 0.2% y un 2.6% de los cánceres de mama ocurren durante esta etapa.

Muchas veces el cáncer de mama en la mujer embarazada tiene un peor pronóstico debido en parte al retraso en el diagnóstico que se produce por la dificultad en valorar las mamas pudiendo diagnosticarse cuando ya hay afectación ganglionar. Sin embargo estudios recientes no hallan diferencias significativas entre la tasa de mortalidad entre cáncer de mama y embarazo y cáncer de mama y no-embarazo.

Los hallazgos radiológicos tanto en mamografía como en ecografía no difieren del cáncer en la mujer no embarazada. La ecografía será la técnica que se utilize en primer lugar y ante hallazgos sospechosos de malignidad será necesario ampliar el estudio con mamografia y biopsia por lo tanto, sí que pueden realizarse estos tipos de estudios durante estos períodos.

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Me dicen que debo dejar la lactancia para realizar una mamografía, ¿es cierto?

No, esto es falso. Las mamografías no contraindican la lactancia ni requieren la suspensión de la misma.

De igual modo, tampoco es necesario desechar la leche una vez realizada la prueba ni evitar amamantar durante determinadas horas. La prueba es inocua tanto para la leche como para el bebé.

El “problema” radica en que como decía antes, el estudio puede ser un poco más difícil de interpretar, podría ayudar un poco al profesional el drenar la glándula al máximo antes de realizarla, además de que disminuyen las molestias durante el procedimiento.

La estructura de las glándulas mamarias durante la lactancia es diferente, se encuentran más densas pero por desgracia es a partir de una mamografía que se pueden identificar rápidamente masas que son patológicas, sobre todo en estadios iniciales.

Al realizar una biopsia ¿puedo seguir con la lactancia?

Sí, claro que puedes. No es necesario destetar ni posponer la punción en el pecho. El procedimiento es sencillo y compatible con la lactancia, se aplica una anestésico tópico, se pincha en la zona afectada con la ayuda de un ecógrafo y se recoge una muestra para analizar. En caso de que la paciente esté muy nerviosa antes de la biopsia se puede recetar algún tipo de calmante. La mayoría son compatibles con la lactancia en un uso puntual y no presentan riesgo para el bebé.

¿Qué sucede después de la biopsia?

En el sitio de la o las punciones puede salir leche o restos de sangre. Es absolutamente normal que eso pase, ya que a veces se seccionan conductos. Aplicar una gasa en la zona al amamantar permitirá evitar fugas; hay que esperar un tiempo variable para que la herida se cierre completamente.

No hay razón para dejar de ofrecer ese pecho o para intentar “secar” la leche en el pecho punzado. De la misma manera que al sufrir un absceso se debe animar a la paciente a seguir amamantando y la herida se irá cerrando sola.

¿Y si me tienen que realizar un escáner?

Las pruebas radiológicas con o sin contraste son compatibles con al mantenimiento de la lactancia. No es necesario desechar la leche o evitar amamantar. La mamografía, como cualquier radiografía, no contraindica la lactancia ya que la radiación ni permanece en la mama ni se excreta por la leche.

Los diversos contrastes para estas exploraciones (yodados o no) son compatibles con la lactancia por ser inertes, metabolizarse rápidamente sin liberar yodo, no excretarse por la leche y ser inabsorbibles por vía oral. Tras una exploración radiológica, aún con contraste yodado o no, no es preciso esperar ningún tiempo para amamantar.


Si bien las casas comerciales y alguna sociedad médica recomiendan la interrupción de la lactancia de 24 a 48 h tras la infusión del contraste, la mayoría de los autores y de las sociedades médicas (American College of Radiology, el comité de fármacos de la American Academy of Pediatrics) creen innecesaria esta acción.

Los protocolos y revisiones publicadas en los últimos años sugieren, que los contrastes yodados y los compuestos de gadolinio son seguros, tanto para la madre como para el lactante, por lo que la lactancia puede continuar con normalidad tras la administración de este tipo de contraste.

En cualquier caso se debe informar a la madre de que una muy pequeña cantidad de contraste puede pasar al niño a través de la leche, permitiendo que sea ella quien elija la actitud a tomar. En este sentido hay varias opciones:

  • Continuar la lactancia con normalidad.
  • Amamantar inmediatamente antes de la inyección de contraste con vistas a alejar la siguiente toma.
  • Extracción de la leche antes de la inyección para dársela en las horas siguientes a la realización de la prueba.
  • Interrupción de la lactancia 12-24 horas tras la prueba. En ningún caso se debe interrumpir la lactancia más de 24 horas.
  • También se debe recordar que, si se administra un contraste yodado, el sabor de la leche puede alterarse de forma transitoria en las siguientes horas a la realización de la prueba

Puede que la lactancia no sea la mejor opción para todas las madres, pero es la mejor opción para todos los bebés