Adulto Mayor: 12 exámenes rutinarios que no debes dejar de hacerte para chequear tu estado de salud

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9. Mamografía y citología en la mujer

La mamografía es un estudio que no se suele realizar antes de los 40 años, a menos que se tenga antecedentes de primera línea de cáncer de mama o algún bulto sospechoso en el pecho, mientras que la citología o test de Papanicolaou se recomienda comenzar a hacerla cuando se inician las relaciones sexuales.

Las recomendaciones médicas indican que las mujeres deben realizarse una mamografía en periodos de uno o dos años hasta los 75 años; y es que a partir de los 60 años aumentan las posibilidades de padecer un cáncer de mama. Gracias a la mamografía se pueden observar células tumorales en las primeras fases, y por tanto es más fácil determinar un tratamiento de prevención y cura. Con el paso de los años la mamografía es aún más eficaz, ya que la mama va sustituyendo su tejido glandular por tejido graso y esto facilita que la prueba detecte mejor la presencia de un tumor.

10. Examen de próstata para los hombres

En el caso de los hombre mayores, estos deben prestar especial atención al estado de su próstata. Es por ello que, además de analizar su PSA en analíticas de sangre, también se deben someter a otras pruebas como:

  • Tacto rectal: a través de este el médico puede palpar la próstata y valorar si hay alguna anomalía.
  • Ecografía y resonancia magnética: son pruebas complementarias que se suelen realizar si la PSA presenta valores elevados o se ha detectado una anomalía en el tacto rectal.
  • Biopsia: se realiza en los casos en los que se sospecha que pueda haber un cáncer de próstata.

A partir de los 50 años es importante que los varones tomen importancia de cuándo y por qué motivos deben acudir al urólogo, algunos de los síntomas que deben llamar la atención son: alteraciones en la micción, disfunción eréctil, la curvatura del pene… y los síntomas de alerta serían: sangrado, escozor genital, aparición de verrugas, aparición de un bulto… que indican que debes acudir con el especialista sin esperar a las revisiones rutinarias.

11. Observación de la piel de cerca

Aunque también hay que revisar la piel de los más pequeños, prestando especial atención a sus lunares y verrugas, el cáncer de piel es el más común en los adultos jóvenes; la American Cancer Society, estima la edad media de diagnóstico del melanoma (el cáncer de piel más agresivo) a los 63 años, es por ello que es especialmente importante observar el estado y la forma de nuestros lunares y verrugas antes de llegar a la tercera edad, para así reconocer algún cambio si este ocurriese, y ser aún más estrictos en esto a partir de los 60.



Se recomienda visitar al dermatólogo al menos una vez al año, y acudir urgentemente a este especialista en cuanto se aprecie una modificación en la piel o una lesión sospechosa. El diagnóstico rápido y el tratamiento inmediato pueden suponer la diferencia entre la vida y la muerte en el caso de un melanoma, debido a que es un cáncer que rápidamente produce metástasis.

En casa, como medida de prevención, debemos seguir la regla ABCDE a la hora de autovigilar los lunares y detectar un posible melanoma:

  • A de asimetría: debemos fijarnos si el lunar tiene una mitad diferente de la otra.
  • B de borde: comprobar si su borde o contorno es irregular.
  • C de color: fijarse en si el color no es uniforme, es decir, si presenta zonas más oscuras y otras más claras.
  • D de diámetro: debemos prestar especial atención si el lunar adquiere un tamaño mayor de 6 mm.
  • E de evolución: vigilar si el lunar o la mancha cambia de aspecto, color y/o tamaño.

12. Peso y Altura

La obesidad es un factor de riesgo para muchas enfermedades, es por ello que es importante evitar la obesidad durante toda la vida, además conlleva una peor calidad de vida, ya que tener kilos de más produce mayor cansancio y fatiga al caminar, problemas para asearse y vestirse, y la pérdida de otras capacidades físicas,  especialmente durante la tercera edad.

Por todo esto es importante que el médico de Atención Primaria, al menos una vez al año, pese y mida a los adultos mayores para comprobar su índice de masa corporal (IMC), una medida estándar a la hora de valorar si una persona presenta sobrepeso sin embargo, también hay que tener en cuenta otros valores para conocer el estado de salud de la persona.

Además de todos estos exámenes nombrados anteriormente, es importante valorar nuestro plan de vacunas:

  • Los mayores de 65 años deben aplicarse la vacuna antineumocócica.
  • La vacuna contra la gripe es recomendada anualmente.
  • Hágase aplicar una vacuna antitetánica y antidiftérica de refuerzo cada 10 años.
  • Se puede aplicar una vacuna contra la culebrilla o el herpes zóster a los 50 años o después.

La vejez no es una enfermedad, es el resultado de la vida anterior.

Es cierto que con los años hay mayor probabilidad de enfermar, pero también lo es que se envejece como se vive y que la buena salud en la vejez se prepara muchos años antes.